Aprovecha tus puntos fuertes

Publicado 14 de octubre de 2015

Tómate un minuto y piensa en una experiencia reciente en la que hayas estado en tu mejor momento. Cierra los ojos y recuerda la experiencia con todo detalle, visualízate en ella. ¿Qué tres palabras describen lo que sentiste? Escríbalas. Después de hacer esta pregunta a muchas personas, parece que hay un puñado de palabras comunes que surgen: energizado, feliz, esperanzado, optimista, creativo, entusiasmado, exitoso, comprometido, sólo por nombrar algunas. Las palabras en sí mismas están llenas de vitalidad, y cuando los clientes las dicen, hay un brillo en sus ojos.   

Poner la atención en experiencias específicas y notar cómo te sientes es una manera poderosa de descubrir cómo se ve y se siente cuando estás en tu mejor momento, y te da información sobre las actividades/habilidades que lo hacen surgir. Se trata de descubrir tus puntos fuertes naturales. ¿Por qué es importante para las personas en transición profesional? Aprovechar tus puntos fuertes es fundamental para maximizar tu rendimiento: las personas trabajan mejor cuando están llenas de energía. Además, somos mucho más atractivos y persuasivos cuando hay vida detrás de nuestras palabras. Compartir tus puntos fuertes con las personas que conoces es fundamental para tu búsqueda de empleo. Ya sea en una conversación para establecer contactos o en una entrevista, cuanto más enérgico te sientas con tu trabajo y tus habilidades, más impacto tendrás.

Todos tenemos habilidades, herramientas y capacidades que hemos aprendido, y es importante saber cuáles son. Pero también es fundamental separar lo que hacemos bien de lo que AMAMOS hacer. Puedes ser muy bueno en algo que te chupa la vida. Cuando te encuentras en una transición profesional, es un buen momento para hacer un balance de tus habilidades y experiencia, y aclarar qué puntos fuertes quieres llevar contigo a medida que avanzas. No hace falta decir que, dado que estás buscando empleo, tus puntos fuertes deben estar en consonancia con lo que busca una organización; sin embargo, empieza primero por ti mismo y luego mira dónde está la alineación. ¿Por qué empezar por ti? Porque ahí es donde está la energía.

Identifica un puñado de experiencias laborales "cumbre" -proyectos, tareas, situaciones- en las que hayas dado lo mejor de ti. Analiza cada una de ellas en busca de lo que te llenó de energía y de las habilidades que utilizaste. Intenta encontrar entre 3 y 4 puntos fuertes diferentes de la colección de experiencias que te capten en tu mejor momento y en lo que te gusta hacer. Por ejemplo, resolver problemas complejos, dirigir equipos, desarrollar soluciones innovadoras, compartir conocimientos, etc.

Aunque no siempre sea así, es justo suponer que lo que te gusta hacer va de la mano de lo que haces bien. Sabemos que operar desde nuestros puntos fuertes mejora el compromiso y el rendimiento. Observa, pues, las organizaciones y funciones específicas que te interesan, y fíjate en lo que buscan. Busca la alineación. Vea qué lenguaje utilizan. No tengas miedo de adoptar su lenguaje, siempre que encaje con lo que sabes que son tus puntos fuertes.

Cuanto más hagas para identificar tus puntos fuertes y encarnarlos, más fácil será eliminar los puestos que no encajan y venderte con pasión y eficacia para los puestos que sí encajan. No puedes ser bueno en todo, así que utiliza tu energía como guía para descubrir tus puntos fuertes. Y luego compártelos con tu red. Esto marcará la diferencia, después de todo, ¡la energía es contagiosa! 

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