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Juntos somos más fuertes: El caso de separar los roles de presidente y director general

Publicado 17 de octubre de 2017
Introducción

Normalmente, cuando el Presidente y Director General de una pequeña empresa nombra a un nuevo Presidente y anuncia su intención de continuar como Director General, se produce una avalancha inmediata de apoyo al nuevo Presidente y comentarios de felicitación al Director General sobre su capacidad para relajarse ahora, tomarse más tiempo libre o incluso jubilarse. Tal fue el caso cuando Ratliff & Taylor nombró a Beth Sweeney su nueva Presidenta a principios de este año.

¿Qué nos hace suponer que el jefe de una pequeña empresa está planeando la jubilación una vez que anuncia un nuevo presidente? La respuesta probablemente radica en el hecho de que, una vez que el poder se ha consolidado en una persona, rara vez se comparte hasta que la jubilación es inminente o la persona experimenta un acontecimiento vital importante. En las organizaciones pequeñas, parece haber una mentalidad de una empresa y un líder. En Ratliff & Taylor estamos cambiando ese paradigma.

Que dos personas ejerzan por separado como Presidente y Director General es algo habitual en las grandes organizaciones, pero poco frecuente en las pequeñas empresas. Sin embargo, si se hace bien, la instalación de un Presidente y un Director General separados en una pequeña empresa crea un poderoso modelo de negocio. La separación de las funciones permite que dos ejecutivos de igual talla generen un impacto colectivo, tanto dentro de la empresa como en el mercado, que es mucho mayor que el que podría tener un solo individuo.

Este modelo también permite a una empresa beneficiarse de dos ejecutivos que se complementan en términos de fortalezas, habilidades y experiencia. Por último, el modelo ayuda a garantizar la continuidad de la empresa en cuestiones críticas como la estrategia, la cultura, el liderazgo y la planificación de la sucesión.

Si el modelo organizativo de presidente y director general separados es tan bueno, ¿por qué no lo adoptan más empresas pequeñas? Una sencilla razón es que muchos líderes tienen dificultades para ceder la autoridad a otros. Hay muchas razones para ello, pero en cualquier caso, es difícil. Además, el modelo requiere una enorme atención a las funciones respectivas y a la alineación. El flujo de información y la toma de decisiones en las pequeñas empresas suelen ser fluidos y rápidos. Si los dos ejecutivos no están alineados, el modelo crea más confusión y trastornos que beneficios.

Hay varias cuestiones clave que hay que abordar cuando se diseña un modelo de organización de Presidente y Director General independiente para su empresa.

Persona adecuada para el puesto

Lo primero y más importante es poder promover o contratar a un candidato que esté cualificado para asumir el papel de Presidente. Más allá de sus habilidades técnicas y de liderazgo, el candidato debe encarnar el espíritu y la cultura de la organización y complementar al CEO y su visión. El Presidente no debe ser un clon del CEO, sino alguien que pueda empujar y estirar la empresa sin deshacer su tejido. Por último, el Presidente debe ser alguien que genere un alto grado de confianza por parte del CEO.

Funciones y responsabilidades

Para maximizar el impacto de un Presidente y un Director General separados, las funciones deben estar claramente definidas y entendidas tanto dentro como fuera de la empresa.

Las funciones y responsabilidades suelen establecerse en el sentido tradicional, con el director general centrado en cuestiones estratégicas como la visión, la estrategia y la cultura, mientras que el presidente es responsable de ejecutar las estrategias y los objetivos establecidos por el director general.

Si bien el diseño de los roles tradicionales es la norma, ciertamente no tienen por qué establecerse así. La Presidenta, por ejemplo, puede asumir un papel normalmente reservado al Director General porque su conjunto de habilidades es más fuerte. Esto permite a una empresa aprovechar los puntos fuertes de sus dos líderes más veteranos, un enfoque que puede añadir un valor significativo en una empresa más pequeña.

Mantenerse en sus propios carriles

Independientemente del enfoque, las funciones establecidas para el Presidente y el Director General deben comunicarse de forma eficaz tanto interna como externamente. Los empleados deben saber a dónde pueden acudir para compartir información y obtener orientación. También es importante eliminar cualquier confusión con los clientes, los proveedores y en todo el mercado.

Lo más importante es que el Presidente y el Director General se mantengan en sus carriles y tengan cuidado de no invadir al otro. Esto es especialmente cierto en las empresas más pequeñas, en las que un puñado de empleados suele trabajar en espacios reducidos. Es fácil que los empleados aborden un problema con el líder superior que vean primero. Lo mismo puede decirse de los clientes. Los dos líderes deben educar a la gente en sus respectivas funciones y, al mismo tiempo, atender sus necesidades.

Alineación

Cuando dos nadadores nadan juntos, o "cerca de las cuerdas", crean un efecto de arrastre. Juntos, suelen ser capaces de nadar más rápido y con menos esfuerzo que solos. Del mismo modo, el Presidente y el Director General que están estrechamente alineados pueden acelerar el crecimiento y la transformación de una pequeña empresa más fácilmente de lo que cualquiera de ellos podría hacer solo.

Para asegurar la alineación, los dos líderes deben trabajar en ello y ser intencionales al respecto. Hay que establecer una cadencia de reuniones, y protegerla, para hablar de estrategia, ejecución, mensajes y clientes. La coherencia del mensaje y la acción en relación con la dirección, la estrategia, los indicadores y la responsabilidad son fundamentales tanto para los empleados como para los clientes. Con el tiempo, la gente ve a dos ejecutivos operando como uno solo, pero con el doble de enfoque, precisión e impacto.

Conclusión:

Ahora más que nunca, las empresas buscan una ventaja competitiva estratégica que haga avanzar su posición en el mercado. La respuesta para las empresas más pequeñas podría ser tan sencilla, y a la vez tan complicada, como implantar un modelo organizativo de presidente y director general separados. Si se ejecuta correctamente, creemos que este modelo impulsará importantes resultados empresariales a corto plazo, al tiempo que creará una cultura sostenible y garantizará que la organización siga siendo resistente en el futuro.

Esperamos que este artículo le ofrezca ideas que le lleven a explorar las ventajas de separar las funciones de presidente y director general en su empresa. Como siempre, sus comentarios y preguntas son bienvenidos y apreciados.

 

Escrito por Beth Sweeney, Presidenta
y Mike Milby, director general de Ratliff & Taylor; CPI Cleveland

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